miércoles, 22 de febrero de 2012

VIRGINIA

Salió a la tarde fría
por el sendero húmedo
hasta el médano gélido
del Ouse.

Recogió piedras bola
como minera ofrenda
y -contra Newton-
las dejó en sus bolsillos
y se fue de la orilla
a la mitad profunda del torrente.

Para su vergüenza
nunca flotó su cuerpo azul hinchado;
pero del río jamás saldrán
sus últimas palabras
para la nuestra.

La Maestranza, 23 de octubre de 2007.

Aclarar las dudas y morir sin malentendidos

I

Si llega
la muerte
preguntando
por mí
le dirás
cómo
llegar?


II

Si menciona
tu nombre
mientras bebemos
un trago de cortesía
qué te gustaría
que yo le preguntara?


III

Pero si toca
en la puerta
de a lado
preguntarás
si sobra
un asiento
en el tren
de las doce?


IV

Si no estás
seguro
déjala que pase.
Ella no
dejará
de llamarte
por tu nombre.



V

No la embriagues
queriendo distraer
su oficio.
No te evadas.
Es
quizá
el único momento
que podrás
de veras
comprenderlo.

19 de febrero de 2007, La Maestranza.

El Naranjero

A Ramón Martínez Ocaranza

Me llamo Ramón y soy poeta
y en mi huerto florecen los naranjos
que se llenan de sol rocío amarillo
y un pintor los dibuja cual esteta.

En mi calle los perros amanecen
hambrientos de colmillos afilados
aplastan mariposas sus falanges
botas de militar y abiertos belfos

Y en mi huerto maduras van las flores
Al dulce jugo, al zumo perfumado,
¿Quién habrá de comer su gajo suave?
¿Qué desconocida boca de jugos escurrido?

Hasta aquí me emponzoñan sus ladridos
Marcan mi casa con ácidos orines
Y con heridas mis pasos vagabundos:
Muere la perra pero su rabia queda

Hoy no ha llegado la niña seductora
A rogar que me espine y baje fruta
La tarde ha sido toda una hora sola
Y esta palabra piedra sigue bruta

Afuera están los perros esperando
Merodeando por la vacía banqueta
Algo presiente que el siglo está sangrando
Y nadie lo detiene y agoniza
Y qué puedo hacer yo que vendo flores
pues me llamo Ramón y soy poeta.

Morelia, Mich.

Mi mujer

Para JCM, sin permiso

Mi mujer se llama Roberto

Mi mujer tiene dos alas bien abiertas
que usa para volar y cuando lo hace
su hermoso pico enorme
pterodáctilo rosa ultravioleta
crece para cazarme
len ta men te.
len ta men te.
len ta men te.
len ta men te.

Hay días furiosos que llena de violencia
y penetra con su pico hasta san[gr]arme
profundamente me asesina
con su muerte agitada, dulce y lenta
como quiere morir un buen cadáver.

Mi mujer se llama Roberto
de cariño yo lo llamo cori
y él a mi pingüino
-no trates de entenderlo
abre los ojos y las manos deja
que despinte la risa el ceño de tu frente
di por ejemplo, mucho gusto señora, encantado.

Mi mujer se llama Roberto
y cuando vuela
con sus ojos de águila feroz
jugamos a devorar reptiles,
a soñar nopales sin espinas
a beber agua con las manos
a meternos el cuerpo de uno en uno
y enterramos la piel entre la arena.

Nos amamos
qué más puedo decirte
si mi mujer se llama Roberto
y construye nidos en las copas
y con trama destruye toda culpa
pues mi mujer se llama Roberto
y es hermoso.

Valeria Almada

Armada valentina
valita desalmada
salva de risa el alma
vale y ría si alma da.
Ojos abiertos de pregunta
el pelo que te ahoga asfixia
mi dedos moribundos
nadie te vio volar tu labio superior
ni colgar en medio de la luna
el trozo de melón que hace tu boca;
kodak mona lisa miente a medias
la mitad indivisa de tu rostro
que te llama niña de la lluvia
que ayer corrió tus calles.
Vuelvo a tu pelo bañado de perfume
embustero aroma que mis labios
jamás han degustado
porque eres el baño desde siempre
el agua que remoja cuerpos blandos
que han sido una tarde mi delirio
en una cama, en un rincón del mundo
donde no apareciste.
Paloma con escamas
vuela el agua y tú
aire y silencio.

Ranitas

Ranita de sal,
mi niño está mal.

Ranita de miel,
mi niño está bien.

Ranita de nata
mi niño da lata.

Casi nada

Saber que sé que nada
sé de saber de sed sabida
de saberes sabidos en sabores
que sabe quién sabrá pues sé yo nada
Saber que se sabrá es saber que nada
sabré de aquel saber sabido a tientas
supino sabihondo desabrido
en habido saber sabré saberme
que nada sé saber si sé la nada.

2010.

Diamante

Cavaste
para buscar diamantes
sin oír que crujía
la grieta entre los muros.
No te niego victorias
dulces cristales pírricos
que abrieron tu soberbia
sin saciar ni tu sed ni tanta hambre.

Cavaste
para encontrar diamantes
y tarde quieres ver
si el brillo deslumbrante
es el bruto esperado
o una cruz celofán
que alguien ha puesto
en la boca del túnel
lejana luz inalcanzable.

fva, 2011.